martes, 12 de agosto de 2014

NACEMOS ORIGINALES MIENTRAS QUE MORIMOS COPIAS.

Todos los seres humanos al momento de nacer somos seres originales, cada uno tiene su propia forma de ser, de sentir, de pensar y de vivir. Nacemos equipados con cualidades que nos permiten crecer, desarrollarnos y tener éxito en la vida y por razones culturales vamos descartando  o desaprovechando nuestra originalidad, nuestros recursos hasta que nos convertimos en personas que solo logramos sobrevivir al mundo.

Tenemos miedo de ser distintos, por miedo a ser rechazados, no queremos arriesgarnos a algo nuevo porque es incierto. El temor a perder es más angustiable que la frustración por haber perdido. Siendo que aprendemos tanto de los éxitos que conseguimos como de los fracasos que vivimos. Muchas veces soltarse es arriesgado pues requiere aceptar el fracaso, abordar el aprendizaje, pagar los precios y encontrarnos en un mundo de posibilidades, pero las nuevas posibilidades es también algo que desconocemos. Recordemos que los ganadores ganan porque saben que hacer cuando pierden.
Lo posible atrae, motiva y es muy excitante, pero lo desconocido nos atemoriza y aplaca, nos paraliza muchas veces.


Dice el escritor Mario A. Rosen "Cuando una persona se aferra a  algo que le hace daño es porque teme que algo peor le podría pasar si se suelta. Simplemente se aferra a lo conocido para no correr el riesgo de tener que probar algo distinto. Prefiere malo conocido que bueno por conocer. Es muy cómodo en lo inmediato, pero es diabólico y perverso, por sus consecuencias, a largo plazo".
Cuantas veces en nuestras vidas  nos encontramos en un lugar que no nos gusta o no nos llena por el solo hecho de que tenemos miedo a cambiar, y buscar verdaderamente lo que nos hace feliz o nos puede llenar por completo.

Mientras transcurre nuestras vidas, vamos dejando de lado nuestra ORIGINALIDAD, para volvernos copias, copias de los demás, de nuestras familias, de la sociedad, del mundo que conocemos. Nos convencemos  a nosotros mismos que es normal y común sentirse así, vacío, con la sensación de que algo más le falta  a nuestras vidas. Claro que le falta algo, faltamos nosotros, falta nuestra forma de pensar, nuestra única forma de sentir, de ser.

El mejor maestro del mundo disponible para cada uno de nosotros somos nosotros mismos, el problema es que muchas veces estamos tan empecinados en defender los métodos que ya no nos sirven como alumnos. Nosotros somos los mejores maestros de nuestras vidas pero los peores alumnos de la misma. Nuestro maestro se pondrá cada vez más exigente, severo e inflexible para intentar disciplinar al alumno que no quiere aprender, nos pondremos una y otra vez ante la misma situación para poder aprender la lección que necesitamos aprender, y cada repetición se volverá mas dura, hasta que un día por fin el alumno, que somos nosotros mismos, aprendamos.
Dejemos de repetir patrones, o formas de comportamientos de otros y liberemos todo nuestro potencial utilizando nuestros propios y únicos recursos, que nos hace seres individuales que buscamos solo SER. Olvidemos cumplir expectativas de los demás, dejemos esa pesada mochila de vivir los sueños de otras personas y comencemos a vivir a nuestra manera, eso es lo único que puede realmente hacernos sentir COMPLETOS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario