Cuantas
veces no nos hemos planteado esta pregunta en nuestras vidas, generalmente
cuando esta nos empuja a tomar algún tipo de decisión, que pueda influir en
cambiar el rumbo de nuestro destino, es aquí cuando se nos hace difícil
abarajar todos los caminos.
Cuando
más cambios podría producir nuestra desición en nuestra vida o en los demás es
mayor el miedo que nos invade, lo cual hace que tomar una desición se haga
difícil, y que las posibilidades no se vean con claridad, el miedo, o las
opiniones externas nos confunde, pues
muchas veces esas opiniones nos muestran un panorama que no habíamos visto, o
quizá pueden ser contrarias a nuestras visiones y expectativas, y es aquí
cuando nos enrollamos en nuestros propios pensamientos, que parecen formar toda
una tormenta en nuestras cabezas, ya que se hace difícil seguir “los consejos”
de los demás con sus puntos de vistas, o seguir el camino que realmente cada
uno desea, muchas veces lo que queremos puede ser contradictorio con lo que nos
parece lo mejor, lo cual es lo más obvio ya que uno se encuentra orientado por
la razón, lo que hace que nos sumerjamos en las profundidades de nuestra mente
tratando de entender racionalmente cada situación o desición que debemos
afrontar o tomar, y por otro lado en contrapartida se encuentra seguir el
camino que nos lleva a cavar los recovecos de nuestra alma, pura y verdadera,
donde todas las preguntas encuentran respuestas, solo que a veces debemos
aprender a oírlas y prestarles mayor importancia, dejar que esta parte de
nuestro ser que nos une con el Ser Divino, sea la que nos guíe, algunos llamas
intuición, otros la llaman voz interior o conciencia, las denominaciones que se
les pueda dar la aquella voz que nace en nuestro ser es lo de menos, lo más
importante es escucharla y seguirla firmemente, pues es aquí donde recibimos
sabiduría divida, viendo de otra manera podríamos decir que es aquí donde
resuenan las palabras de vida, de amor, de fuerzas y esperanza que son
necesarios para poder transitar los caminos de la vida.
Por
si solo podríamos equivocarnos, lo cual no es malo, con cada equivocación, cada
paso mal dado, cada oportunidad desperdiciada nos da lecciones de vida, nos
enseña; como dice un refrán las derrotas de la batalla de hoy pueden ser la gran victoria de la guerra del mañana.
Por
eso a pesar de los miedos, de la
incertidumbre y de lo desconocido, debemos atrevernos a dar pasos inciertos,
pasos inseguros, de alguna manera decirlo, porque en realidad en el fondo de
nuestro ser sabemos la verdad, que nos va indicando que camino ir recorriendo,
que decisión ir tomando y que rumbo seguir.
Que preciado obsequio el libre albedrío, el poder
tomar elecciones propias con total libertad, más que difícil se nos hace, pues
gracias a esa libertad que se nos concedió es más que complicado la elección de
un solo camino, pues habiendo tantos a seguir, como saber ¿cual es lo que nos
conviene?, ¿cual será el correcto?, preguntas que solo cada uno debe revisar en
su interior para encontrar la respuesta que estaba buscando, por ello no te
dejes llevar por voces externas, que por mas que intenten ayudarte no logran
tener una concepción completa del panorama, más bien aprende a confiar en la voz
que resuena en tu interior, aprende a escucharla y seguirla, aprende a
encontrarte, a amarte y a confiar plenamente en ti, esta voz nunca se equivoca,
pues es el propio ser Divino quien te habla y guía, es la voz directa que proviene de Dios, Alá, Jehová, Universo o como más te
llene
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